martes, 1 de mayo de 2007

AQUELLA FIESTA COLOMBIANA DE JULIO DEL 2001

Era el mes de julio del año 2001 y un país hermano estaba de fiesta, ya que en el se jugaba la competencia futbolística más antigua del planeta, en la cual asistieron once selecciones, que junto con la anfitriona llenaron de colorido las ciudades de Medellín, Cali, Barranquilla, Manizales, Armenia, Pereira y Bogotá; esa celebración de la que hablamos fue la Copa América 2001 que se disputo en Colombia, la cual vivimos en ese país con mucha alegría.

Habíamos llegado a Colombia justo en el momento en que estaba por comenzar la Copa América, yo era el único individuo que caminaba por Bogota ó Cali con la franela de la vinotinto, que aun para eso momento no existía la gran fiebre que nació varios meses después con nuestra selección nacional. Veía como la selección de casa le ganaban a los nuestros 2 a 0 en la inauguración, pero la verdad lo que buscamos destacar es la gran emoción con que vivieron los colombianos y los viajeros que estaban en esas tierras la fiesta deportiva de esos días.

En cada calle, avenida, local de Colombia se respiraba ambiente de fútbol, justo caminábamos por Cali y se veía banderas, franelas amarillas por todos lados (la colombiana, claro esta), y el tema obligado era hablar de los juegos y los goles.

En la medida que pasaban las días y se acercaba la etapa final la emoción que se respiraba era indescriptible. Fue así como se llego a las semifinales, jugaban México frente a Uruguay, y Colombia contra Honduras. Ya la selección azteca había logrado el pase a la final, solo faltaba el partido de los locales. Fuimos a un local de Bogotá a ver el encuentro, muy cerca de la 93, donde el ambiente era completamente colombiano, porque hasta mi franela vinotinto apoyaba a los amigos neogranadinos.

Al final de la jornada el resultado fue 2 a 0 a favor de los colombianos, y en ese momento la fiesta se prendió, Bogotá era un solo manto tricolor, era en el Parque de la 93 donde miles de personas de congregaron esa noche para celebrar por tan importante victoria, que permitía a Colombia jugar en Bogotá el día domingo 29 de julio la final contra México.

Esa mañana del domingo 29 de julio recorrimos a Bogotá en bicicleta, las calles eran alegría, todos esperando el gran momento, cada café era con el más fuerte aroma colombiano. Ya estaba todo listo para el gran momento, minutos antes de comenzar la final, el equipo consentido y revelación de la Copa, Honduras, se quedaba con el tercer lugar.

Fue así como esa tarde en casa de unos amigos comenzamos a vivir la gran emoción, me sentía parte de ella, imaginando que eso podría pasar algún día en Venezuela. Aquel juego fue fuerte, duro en el mediocampo, hasta un paracaidista aterrizo accidentalmente en el terreno de juego, siendo parte de las anécdotas de aquel encuentro. El juego estaba para cualquiera de los equipos, pero al final la balanza terminó con resultado de uno a cero a favor de los anfitriones, Colombia era campeona de América.

No tardo ni un minuto cuando cornetas, sirenas, pitos, cánticos, banderas cubrieron la ciudad de Bogotá, una vez más el Parque de la 93 fue el centro de la celebración, un día grande para un país que le decía al mundo que era más que violencia, que es un pueblo ejemplar que sabe trabajar y alcanzar los objetivos con mucho esfuerzo y corazón.

Ojala que a partir del día 26 de junio de este año se puedan sentir las mismas emociones en Venezuela cuando se de inicio a la Copa América 2007, y porque no, en esta oportunidad celebrar en cualquier plaza de nuestro país el triunfo de la vinotinto, un logro que puede ser posible si todos trabajamos para ello, así como lo hizo Colombia en el año 2001.

1 comentario:

Antonio Jordana dijo...

Así no ganemos el aprendizaje que nos de la Copa América será inolvidable. (aunque tengo esperanzas sobre la vinotinto en la segunda ronda) Viajero nos vemos en la fiesta!