martes, 5 de junio de 2007

ENTRE NARANJAS Y CAFÉ NIRGUA ES EL CAMINO A RECORRER

Donde se levanta una montaña siempre tendrá entre sus riveras y caminos un lugar donde los días se pueden pasar en paz, o también donde la aventura se acelera al adentrarse en su cima para deleitarse con lo poco conocido, esto es parte de lo que uno puede vivir al estar en Nirgua, un escenario de historia y encanto del Estado Yaracuy.

Fue un 25 de mayo de 1624 que Don Juan de Meneses y Padilla funda el pueblo de Nuestra Señora del Prado de Talavera, aquellas tierras donde ya en 1554 un hombre conocido como Villasinda había intentado establecer un poblado para someter a los indígenas Jiraharas. La hoy conocida ciudad de Nirgua solo se levanto en 1628, después de una fuerte lucha con las tribus de esta zona, como los Niruas, indígenas que dieron todo por la paz y respeto de estas tierras, justamente de ellos proviene el nombre de este poblado que esta a la orilla del río que también hoy se llama Nirgua.

Son las Ruinas del Fuerte San Vicente la mayor muestra de la lucha tan marcada entre conquistadores y las tribus de la zona, hablamos del único en su estilo en Venezuela, porque no lo construyeron para vigilar y proteger las costas, sino esta vez una montaña.

Una de las principales causas por la que combatieron españoles e indígenas en estas tierras fueron por las minas de oro, tan buscadas por su brillo color sol, pero el gran valor de Nirgua esta en su fértil tierra, que en estos día es una de las zonas de mayor producción agrícola del país, aunque son dos los productos que llenan de color y aroma a esta poblado yaracuyano, su café y sus naranjas.

Cuando se visita a Nirgua se busca adentrarse en los caminos del campo, disfrutando del turismo rural, para conocer la tierra y sus encantos convertidos en granos de café y en coloridas naranjas; así como para bañarse en los chorritos, esas pequeñas caídas de agua que llenan de música a los espacios de una tierra de clima agradable durante todo el año.

Al hablar de los chorritos, debemos mencionar que es agua que viene del Picacho de Nirgua, aquel punto de la montaña donde uno encuentra grabado en petroglifos las huellas de los Jiraharas ó de los propios Niruas, aquellos que entendieron que sus vidas se desenvolvían entre los suelos fértiles y un paraíso de recursos infinitos, de esos que también tu puedes disfrutar al pasar unos días en las tierras calmadas de Nirgua.

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