HOY SUDÁFRICA CELEBRA SU DÍA DE LA LIBERTAD

Tratar de sentarse y escribir sobre el pueblo que se va a describir ahora es algo admirable, porque es hablar de un país con una historia marcada por fuertes luchas, de heridas que se volvían cicatrices, que al final se abrían para volver llevar la sangre al suelo, aquel donde se encuentran tanta diversidad de culturas, que el entendimiento se hacia imposible, y la paz para su gente se veía muy lejos, más allá de aquella línea imaginaria que separa a los Océanos Indico y Atlántico.

Pero, así como el Indico y el Atlántico se separan y se juntan tranquilamente frente a las costas de este país, sin dejar cicatrices; así como la selva convive con el hermano desierto, sin que sus climas afecten el medio; como pasa con el hombre que respeta los espacios del león, porque sabe que para todos hay un lugar donde vivir; es de esta manera como el pueblo de Sudáfrica encontró el camino al entendimiento, reconociendo que para todos hay mundo, confirmado cuando un 27 de abril de 1994 se realizaron por vez primera unas elecciones multiraciales, en otras palabras, una verdadera decisión y participación democrática. Ese día se pudo ver como ese pueblo tomó los infinitos colores de su libertad, donde la paz llego a estas tierras para más nunca marcharse.

Desde entonces Sudáfrica viene demostrando que se puede crecer en paz, que no son necesarias las armas nucleares, ni la contaminación desmedida, ni los abusos sobre su pueblo; para poder llegar a niveles de desarrollo que van más allá de lo económico ó social, hablamos del crecimiento espiritual, del entender que en cada casa, pueblo, ciudad, comunidad, se encuentran hermanos, aquellos que están ahí para sumar fuerzas, para seguir elevando sus almas.

Quien escribe estas líneas aun no ha tenido la oportunidad de estar en Sudáfrica, pero después de leer varios libros, ver documentales, videos, o de aquella fascinante entrevista realizada a la maravillosa Embajadora de esa calida tierra, la Sra. Thami Ngwevela, en el programa de Espacio Viajero en agosto del año 2006, hoy uno se atreve a decir que son pocos los países como ese, porque su camino seguro esta bendecido por la mezcla de la belleza natural con la cultural, donde se puede ver playas quietas de blanca arena, hasta aquellas donde las olas se elevan para los amantes del surf; donde puede estar frente a frente con la selva africana, sus especies animales más emblemáticas; como la rápida cebra, saludar el sabio elefante, ver la alta y elegante jirafa, o solamente rendirle honores al rey de los animales, el león.

La hermosura de Sudáfrica esta más allá, porque en ella podrá ver una gran cantidad de reservas naturales, aquellas que no solo preservan especies animales, sino también nacientes de aguas que son tan cristalinas que usted podrá beber de ellas sintiendo la pureza en sus labios; así como espacios donde se respeta y se conserva lo mejor de cada cultura, como los Venda, Ndebele, Sotho, por solo nombrar algunas.

Grandes desiertos, hermosas alfombras de flores, la mayor muestra de especies botánicas en el mundo, pueblos pequeños que muestran su rostro amable, ciudades enormes y muy modernas, parques naciones, hoteles lujosos y sencillos, una gastronomía fascinante, pero sobre todo un pueblo que tiene una sonrisa en el rostro, una Sudáfrica que muestra lo mejor del mundo, porque así como ellos tienen a su Mpumalanga, el lugar donde nace el sol, y su Ciudad del Cabo con su cielo azul montado sobre su Montaña de la Mesa; hoy en Sudáfrica nacen las esperanzas de paz y entendimiento para el mundo entero, donde todos podremos ver el camino de nuestro celeste cielo.

Mil felicidades en este día a todo el pueblo Sudafricano, gracias por mostrarnos que el mundo de la paz es posible, que somos hermanos y hermanas de un mismo suelo, de un mismo cielo, de un mismo dios, de un mismo planeta que nos pide conciencia.

Fotos: Páginas Web Oficiales de Sudáfrica.