martes, 11 de septiembre de 2007

QUE NO VUELVA MÁS NUNCA UN 11 DE SEPTIEMBRE DEL 2001

Hace 6 años estaba frente a un computador como lo estoy ahora, veía en la oficina a muchos de mis compañeros con rostro de asombro, otros de mucha preocupación, pero la necesidad de entregar un informe me hacia perder en las letras escritas en un monitor las caras extrañas de aquella mañana del 11 de septiembre del año 2001.

Había un silencio extraño, acompañado de murmullos que eran tan bajos como el ambiente que rodeaba las oficinas y pasillos de aquel piso 35 de la Torre Oeste, pero en lo único en que me concentraba era en cada párrafo del informe que debía entregar.

Llego el momento de levantarme de aquella silla para ir directo a la oficina de la Directora que de seguro esperaba el informa para ese día antes de las 10:00 a.m., su asistente no estaba, y la puerta se encontraba abierta, es así como pase y lo único que pude ver fue a un grupo de personas frente a la pantalla de aquel televisor, cuya imagen era la de una torre incendiada, una imagen que recordaba a las pesadillas dejadas en nuestra mente por películas como “Infierno en la Torre”; pero esto solo era el comienzo de algo que estaba por descubrir, algo más abominable, un momento para bajar los ánimos de cualquier ser humano en el planeta.

Es así como comienza en aquella pantalla del televisor a repetir una y otra vez el momento en que un avión comercial impacta con una de las torres del World Trade Center, y minutos después ocurre exactamente lo mismo con su edificio gemelo. No había palabras, no había ruido, solo era un silencio que daba espacio a mil y un preguntas, incluso siendo una de ellas si ¿esto era solo la publicidad de una película de hollywood?

Ese día una vez más el mundo tembló de pánico, por instantes sentimos que somos más vulnerables de lo que habíamos imaginado, siendo nosotros victimas de un miedo que no significaba nada al lado de aquellos que ese día se encontraban haciendo su vida en New York, miedo que se volvió terror para quienes se encontraban en aquellas torres, para aquellos que saben que un ser querido esta justo en alguna de las oficinas de las torres gemelas, ó que esa mañana tomaron un avión cuyo destino final fue el menos imaginado.


Hoy después de 6 años el mundo cambio, ya nadie ve las cosas de igual manera, sobre todo para aquellos que vivieron esas horas de terror en las calles de New York, para todos ellos el mayor de los homenajes, y el mejor regalo que se les pueden dar es que de una vez por todas los hombres que tienen la rienda de los gobiernos del planeta volteen su mirada hacia los grandes bosques que se están perdiendo, a los desiertos que son cada vez extensos en el planeta, a los mares que comienzan a perder su color, a los pueblos que necesitan una mano amiga para sentir las ganar de vivir; y así dejar de ocuparse en el juego tonto del odio y la guerra.

1 comentario:

Azul... dijo...

Yo recuerdo perfectamente dónde estaba cuando vi ambos impactos: en mi oficina de PDVSA en Los Chaguaramos. Yo lideraba una oficina que recibía cientos de visitas de terceros, la sala de espera estaba abarrotada y la TV que teníamos allí para los contratistas estaba encendida, sin embargo, nadie hablaba, el estupor nos dejó mudos a todos...

Ese día el mundo cambió para todos...

Te dejo un besito