Muy cerca se escucha el mar, con aquella música formada por el ritmo de las olas, que llevan su toque sobre las rocas, toda la huella de la historia de un lugar que para muchos es el más encantador del litoral varguense: Macuto.Esta importante población del Estado Vargas, lleva su nombre por el cacique Guaicamacuto, valiente como el pueblo que aun se levanta del grito dado por la naturaleza. Macuto significa cesto de espinas, pero puede tener la seguridad que en su visita por la tierra de Reverón, no se tropezará con ellas.
Si, tierra de Reverón, del hombre que hizo del lienzo y el mar una obra de arte digna de admirar. Aunque este gran pintor nació un 10 de mayo de 1889 en la ciudad de Caracas, a partir de 1921 se radicó en esta bella tierra de Macuto, donde construyo su vivienda rústica ubicada bajo la sombra de los cocotales, almendros y uvas de playa, y donde fue llevando a sus obras cromáticas a tener menos colorido propio porque la misma la recuperaría con el juego de la luz.Macuto es aquella plaza central, donde las palomas invaden sus esquinas, mientras abajo se ve el mar, quieto frecuentemente, bravo no siempre, ese mismo mar que se hace playa, y el cual a la gente de Caracas atrapa, para darse un baño en las aguas de Macuto o más abajo, las del balneario de Camuri Chico.
Macuto era el lugar ideal para ser visitado a finales del siglo XIX y principios del XX por parte de los caraqueños, de hecho, fue un presidente de Venezuela, el que hizo su casa de vacaciones en esta tierra, la que se conoce con el nombre de la Guzmania.
Arte, historia, mar, gente, playa, olor y sabor marino, son los elementos que hacen de Macuto una huella imborrable del litoral central, y que hoy dedicamos estas líneas al gran maestro Reverón, ejemplo de la creación y las artes bajo la influencia de la naturaleza de esta tierra ubicada en el litoral central.
Segunda imagen: Obra de Armando Reverón, "Baños de Macuto", 1921.
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