Era una mañana gris, aun no llovía, pero en el ambiente se respiraba que el agua caería en cualquier momento. Entre el frío que no llegaba a superar los diez grados centígrados y las calles solitarias, ahí caminaba por las avenidas de Madrid, saliendo del Hotel Europa ubicado en la Puerta del Sol, con dirección al Parque del Buen Retiro.
Aun no estaba claro el recorrido, solo quería llegar al parque para después elegir el próximo destino, en una caminata de día domingo en aquellas calles de Madrid donde aun la gente dormía, o quizás esperaban porque saliera realmente un poco más de sol.
Después de caminar unos veinte minutos me encontré con el monumento más extraordinario visto hasta ese momento en la capital española, una estructura antigua, que recordaba a la Europa Romana, aquella del gran imperio: La Puerta de Alcalá.
La cámara fotográfica estaba a punto y las fotos fueron tomadas a ese impresionante monumento, aquel que fue mandado a construir por el Rey Carlos III, con el fin de sustituir a otra que se encontraba ahí pero ya en ruinas.
Esta magnifica obra arquitectónica fue construida por Francesco Sabatini, y fue inaugurada en 1778, cuya función realmente era de puerta, ya que de cada lado para ese entonces existía una cerca para la defensa de la ciudad, hasta que eso cambio en 1869 con la remodelación de la hoy llamada Plaza de la Independencia.
Una de las curiosidades de la Puerta de Alcalá es que en el centro hay una inscripción que dice Rege Carolo III, Anno MDCCLXXVIII, una frase que debería estar en español o al menos en latín, pero fue inscripta en la lengua materna de su creador, el italiano, error que se dejo pasar en aquel entonces.
Aun no estaba claro el recorrido, solo quería llegar al parque para después elegir el próximo destino, en una caminata de día domingo en aquellas calles de Madrid donde aun la gente dormía, o quizás esperaban porque saliera realmente un poco más de sol.
Después de caminar unos veinte minutos me encontré con el monumento más extraordinario visto hasta ese momento en la capital española, una estructura antigua, que recordaba a la Europa Romana, aquella del gran imperio: La Puerta de Alcalá.
La cámara fotográfica estaba a punto y las fotos fueron tomadas a ese impresionante monumento, aquel que fue mandado a construir por el Rey Carlos III, con el fin de sustituir a otra que se encontraba ahí pero ya en ruinas.
Esta magnifica obra arquitectónica fue construida por Francesco Sabatini, y fue inaugurada en 1778, cuya función realmente era de puerta, ya que de cada lado para ese entonces existía una cerca para la defensa de la ciudad, hasta que eso cambio en 1869 con la remodelación de la hoy llamada Plaza de la Independencia.
Una de las curiosidades de la Puerta de Alcalá es que en el centro hay una inscripción que dice Rege Carolo III, Anno MDCCLXXVIII, una frase que debería estar en español o al menos en latín, pero fue inscripta en la lengua materna de su creador, el italiano, error que se dejo pasar en aquel entonces.
Hoy la Puerta de Alcalá es un bello monumento, recordatorio de la grandeza de la ciudad, y que ahora es prácticamente la entrada a los Jardines del Retiro, y el icono de la bella Plaza de la Independencia. Estas líneas son para la bella España, gracias a todos quienes visitan este blog desde tan lejos, y si me preguntan ¿Llovió? Al final no bajo la lluvia, pero fue un día de cielo gris pero con mucha alegría.
1 comentario:
Hermoso monumento la verdad, oye tambi´´en deberias coemtar sobre el Valle de los caidos, espectacular
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