En plena Gran Sabana, con dirección a Santa Elena de Uairen, hay un camino a mano derecha, con dirección al oeste que lo llevará hasta la población de El Paují, lugar que es el punto de partida hacia uno de los sitios más enigmáticos que se encuentra en el planeta.
Del Paují, con una caminata de tres horas y medias sobre la Sierra de Pakaraima, se llega a El Abismo, un lugar, mágico, una ventana hacia el universo; tan extraordinaria que durante el recorrido se encuentran alfombras de coloridas orquídeas, algo digno de ser admirado por nuestra vista.
El Abismo es un espacio único, irrepetible, es una gran terraza natural, donde el vació se hace presente, un vació que se llena de silencio y de inmensidad al ver la hermosura de la selva amazónica, la cual adorna las tierras de Brasil y Venezuela. De estar ahí al amanecer es ver la grandeza de Dios en toda su plenitud; y las noches son tan estrelladas, que no hace falta un telescopio para poder sentir que uno es parte de ese infinito universo.
Para quienes desean lanzarse al encuentro con lo enigmático y llenar el alma de la más pura de las energías, entonces su destino es la Gran Sabana, y ahí no dude en visitar al Paují, una población que le brindará la mejor de las atenciones para pasar unos días agradables, y así estar muy cerca del disfrute de la infinita inmensidad que se puede observar desde el impresionante Abismo.
Del Paují, con una caminata de tres horas y medias sobre la Sierra de Pakaraima, se llega a El Abismo, un lugar, mágico, una ventana hacia el universo; tan extraordinaria que durante el recorrido se encuentran alfombras de coloridas orquídeas, algo digno de ser admirado por nuestra vista.
El Abismo es un espacio único, irrepetible, es una gran terraza natural, donde el vació se hace presente, un vació que se llena de silencio y de inmensidad al ver la hermosura de la selva amazónica, la cual adorna las tierras de Brasil y Venezuela. De estar ahí al amanecer es ver la grandeza de Dios en toda su plenitud; y las noches son tan estrelladas, que no hace falta un telescopio para poder sentir que uno es parte de ese infinito universo.
Para quienes desean lanzarse al encuentro con lo enigmático y llenar el alma de la más pura de las energías, entonces su destino es la Gran Sabana, y ahí no dude en visitar al Paují, una población que le brindará la mejor de las atenciones para pasar unos días agradables, y así estar muy cerca del disfrute de la infinita inmensidad que se puede observar desde el impresionante Abismo.
Fotografías:
1. Manuel D'Souza
2. www.solonia.net/
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